20 de abril de 2019 Por Rodolfo
Leiva
Machismo ancestral y religión van unidos, juntos
hasta el morir, son absolutamente inseparables, forman las dos caras de una
misma moneda, y la inmensa mayoría de prácticas y fenómenos aberrantes que
sufren las mujeres en el mundo, no podrían explicarse sin un trasfondo
religioso.
....
Con todos
estos antecedentes, no es de extrañar que el fenómeno machista, de hondas
raíces de toda índole, continúe presente en nuestras sociedades. Tantos siglos
de influencia de un pensamiento abyecto hacia la mujer no pueden ser borrados
con una Ley, ni con mil leyes. Necesitaremos grandes dosis de educación, desde
la base, y de erradicación del pensamiento dominante (sobre todo de carácter
religioso) para poder eliminar esta lacra.
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